El Proyecto de Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario ya es una realidad. Esta se marca como principal objetivo se marca la reducción del volumen de pérdidas y desperdicio alimentario. Con ello, también se pretende alcanzar un ahorro en los recursos empleados en la producción, así como en los esfuerzos humanos técnicos y económicos empleados en la cadena logística.
Esto se relaciona con el objetivo de desarrollo sostenible 12 de la Agenda 2030, en su meta 3: “para 2030 hay que reducir a la mitad el desperdicio de alimentos por habitante correspondiente a los niveles de la venta al por menor y el consumidor, y reducir la pérdida de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministros”.
Ante la próxima entrada en vigor de la Ley de Pérdidas y Desperdicio Alimentario, se hace necesaria una adaptación en establecimientos y sistemas de gestión con el fin de adaptarse a las exigencias que este proyecto de ley promueve y exige. En otras palabras, será necesario aprender cómo aplicar un mayor aprovechamiento de los insumos.
Y es que hay que tener en cuenta que este proyecto de ley influirá sobre todos los ámbitos de la cadena de suministros alimentarios: desde la producción primaria, fabricación, venta minorista, distribución; hasta los restaurantes y servicios de comidas.
En concreto se exigirá la aplicación de cuantas medidas sean necesarias para prevenir la generación de excedentes. Por ejemplo, los establecimientos de hostelería y restauración estarán obligados a facilitar al consumidor que (sin coste adicional) pueda llevarse los alimentos que no haya consumido. Además, tendrán que informar de forma clara y visible en el propio establecimiento, preferentemente en la carta o el menú, de esta opción.
Otro ejemplo lo encontramos en los establecimientos de venta, en donde se tendrá que fomentar las líneas de venta de productos con imperfecciones o desperfectos, así como diferenciar los productos con la fecha de consumo preferente o de caducidad próxima, incentivando la compra a través de medidas promocionales de venta.
Una vez entre en vigor este proyecto de Ley, infringir estas medidas supondrá enfrentarse a sanciones que abarcan desde una simple multa de 2.000€ hasta otras que pueden alcanzar los 500.000€. Una razón más que evidente para no quedarse atrás y empezar a adaptarse a las exigencias que marca la Ley.
Con este fin hemos creado nuestro nuevo contenido On.line de 10 horas: Prevención de desperdicios alimentarios. De esta forma, podrás responder a la inminente demanda formativa sobre cómo interpretar la normativa, sus advertencias y obligaciones para los agentes de la cadena alimentaria. Y, lo que es más importante, ayudar a identificar las buenas prácticas que imponer para minimizar las pérdidas y el desperdicio alimentario.
Y, si sigues teniendo dudas sobre este contenido, no dudes en ponerte en contacto con nostros. Te aclararemos todo al respecto.